El monasterio sigue
siendo en la actualidad un amplio complejo en el que persisten vestigios de distintas
épocas. Se accede por portada ligeramente apuntada a una plaza amplia y
cerrada, tras pasar por la cárcel y dependencias anejas, la gran plaza
con dos planos: un plano inferior donde se encuentra la fuente y el plano superior
donde se alza la iglesia y un pabellón. En la fachada de este edificio
y en su parte baja se abre un pasadizo abovedado que llega a un segundo patio,
en el que encontraremos: a mano izquierda, la hospedería, las casas del
confesor, médico y capellanes, como también las antiguas dependencias
de los hombres de servicio. Al fondo la entrada al hortal y, a mano derecha, la
entrada al monasterio que es de arco apuntado enmarcado en moldura que apoya sobre
capiteles. En el interior del monasterio todo tiene especial interés, pues
son muchas las dependencias que conservan arcos apuntados y de medio punto. Desde
el claustro se accede al comedor bajo, que todavía conserva el artesonado
sobre ménsulas adornadas con cardinas del s. XVI. La sala capitular antigua,
que muestra en el suelo dos laudas sepulcrales esculpidas con las imágenes
de dos abadesas y sus fechas de óbito, 1527 y 1575. Arcos de medio punto
que arrancan del suelo y que, pertenecientes a la antigua biblioteca monacal,
fueron utilizados para sustentar un pabellón dormitorio de religiosas.
La iglesia es románica, situándose el final
de su construcción en los albores de 1200. Su portada, al lado de la epístola,
consta de once arquivoltas de medio punto, de escuela lemosina, de motivos variados
en su ornamentación. Crismón en el tímpano. Edificio de planta
cruciforme, con una larga nave central y crucero, cubiertos ambos con bóveda
de cañón de medio punto sostenida por fajones y torales que apoyan
en columnas semiempotradas, interrumpidas, apoyadas a su vez en ménsulas.
Los ábsides están cubiertos con exedra, y el crucero con cimborrio
octogonal ciego apoyado sobre grandes ménsulas. En los ábsides hay
ventanales con arquivoltas sobre capiteles historiados, geométricos y florales.
Ocupando dos tramos de la nave se encuentran el coro alto con sillería
de madera de sedes y cátedra abacial con abdón bajo caja de órgano,
obra finamente tallada con ornamentación y detalles góticos, obra
de Juan Bierto, del s. XVI, y coro bajo con facistol, junto a la capilla de la
que fue abadesa Dña. Ana Abarca de Bolea. (HOYA DE HUESCA)
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